miércoles, 18 de febrero de 2009

Chulería

" Hubo, hay y habrá unos pocos delincuentes en la Guardia Civil (lamentable, pero como en cualquier otro sector, es un hecho), pero sobre todo hay demasiados chulos.

La Guardia Civil y el Gobierno como chulería es el antiestilo de esa democracia que hay que cuidar como quien manitene vivo ese orden imprescindible del jardín frente a la invasión de ortigas y cizañas.

En el momento que más falta hacen unos cuantos estadistas, van y se multiplican los chulos.

Hay chulos de cacería, chulos de organización de eventos, chulos de actos protocolarios, chulos de cargo, chulos de ayudante de cargo, chulos de salón, chulos de bajos fondos, chulos con y sin corbata, chulos todos a fin de cuentas que, en última instancia, si algo son es conscientes de su propia chulería.
La chulería aparece en la literatura ya con el soldado fanfarrón romano. En España, asoma la picaresca, hace reir en el sainete y topa con el sarcasmo del esperpento, chulos goyescos y chulapos de zarzuela.

Un error común es circunscribir la identidad del chulo al perímetro histórcio de Madrid, desde los tipos con navaja que destriparon la caballeria de Murat el Dos de Mayo a los golfos, petimetres y chisgarabís de hoy, con o sin gomina.
Tampoco toda la astucia es patrimonio gallego, ni el quehacer industrioso es estrictamente catalán. Hay chulos en todas partes y cada vez más.

El más benévolo de los observadores ya ha tenido tiempo para considerar casos extremos de chulería en la política municipal, autonómica y nacional. Hay chulos políticos cuando menos falta haría, como chulos de AVE y de puente aéreo, de piscina y de gimnasio. Hay chulos de articulismo político, del gobierno y de la oposición; hay chulos de cocaína y chulos de púlpito; los hay en mandas chuleando por Internet.

Lo chulesco es el más puro comportamiento de una hipotética raza hispánica, de modo parecido a como un cráneo dolicocéfalo, la talla alta y el cabello rubio representaban la más alta concreción de la raza aria. Un cráneo dolicocéfalo contiene la conciencia fundamental; el chulo todavía encarna virtudes de lo imperecedero frente a las acechanzas de lo diverso y plural.

Figuras históricas como el General Narváez llevarán a perpetuidad su leyenda chulesca a cuestas. Ni el historiador Jesús Pabon logró que al gobernante eficaz, con gobiernos moderados, ni al hombre incluso clemente, dejase de cundirle tanto la leyenda de espadón con chulería atávica de cuerpo de guardia.

Un ejemplo: Narváez preside un Consejo de Ministros - todos moderados -, uno de los asistentes se resiste a una de las disposiciones que se proponen y dice " antes me dejaría cortar una mano". Según la leyenda, Narváez responde: "Usted no se cortará ninguna de las manos. Con la derecha firmará la disposición, con la izquierda, me tocará usted los pelendengues".

Mitos y reeencarnaciones de la chulería."

Richi

martes, 17 de febrero de 2009

Cansina Falsedad

" Se me enredan los sueños, las sensaciones, las emociones me buscan la garganta y rompen a llorar. Aunque no quiera.
Porque la razón camina por su cuenta, diciéndome cosas al oído, por despistar y aunque no quiera me lo pregunto todo y a veces me respondo.

Porque por un lado está la vida, y por otro, los enredos de quien se supone debe protegernos de todo mal. Por un lado está la verdad, los pequeños momentos que te recuerdan que late el corazón, y que envejece poco a poco, y por otro, la sarta de mentiras, de insultos, de patrañas que se urden tranquilamente a nuestra espalda.

Me recuerdo atónito, con el cansancio de un día cualquiera, con mis preocupaciones de pequeño mortal, observando reuniones caldeadas entre esputos y burdas reflexiones. Me recuerdo, de nuevo, profundamente decepcionado. Y es que mi mente no llega a comprender que quienes han sido elegidos democráticamente para proteger nuestros intereses, anden enredando para desestabilizar cualquier posibilidad de orden.

Que profundo desasosiego, escuchar esos gritos, ese tono vulgar y desabrido que matizaba cada expresión, las constantes descalificaciones ¿Quiénes son?, ¿aquellos a quienes confiamos nuestros problemas, los que deben ofrecer soluciones a la inestabilidad, al miedo, a la falta de oportunidades, a la vulnerabilidad?, ¿los mismos que atacan para responder, los que desgastan nuestro tiempo, sus fuerzas y las nuestras?, ¿los que con favores blindan su poder contra otras supuestas intenciones?, ¿ellos son, de verdad, nuestra única esperanza?.

Porque hoy es la sospecha, la duda que convierte el contexto en un lodazal de datos sobre la vida ajena, pero la burla es infinita y está tan asentada que nos resulta necesaria para darle credibilidad al sistema.

Quisiera saber qué ejemplo de coherencia, de honéstidad, qué valores de vida se transmiten con semejante guerra. Quisiera entender qué significa que nos resulte tan extraño, peculiar y atractivo el dirigente honrado, sincero, directo, que se olvida un instante del discurso político para emplear un lenguaje cercano, inteligible por cualquiera, que no puede evitar empatizar con quien quizá, sólo quizá, se interesa por él. La falta de costumbre.

El puro agotamiento de escuchar, de leer, de comprobar que la vida, tu vida, se mueve por un camino que jamás se cruza con el de quien gestiona el universo en tu nombre. Qué ironía y que cansina falsedad."

Richi.

domingo, 1 de febrero de 2009

Movimiento nimby.

Como lo prometido es deuda, y líbreme Dios de contradecir o incumplir de pensamiento, palabra, obra u omisión, las indicaciones efectuadas por un General mío (MiGeneral), deseaba traer a colación de mis desvaríos nocturnos, en los que se mezclan a partes igual insomnio, tabaco y Cardhu, el abandono al que por desgracia sometemos a quienes han construido nuestro presente, desde su pasado y ciertamente muchos de ellos ya me gustaría tenerlos a mi lado en nuestro futuro, porque no siempre la situación de actividad lleva implícitos los adjetivos de capacidad, honestidad, sinceridad, lealtad........

Estamos tan acostumbrados durante siglos, a que los poderes, todos ellos, abusen de nuestra fe y se aproveche de nuestro colectivo mal entendimiento de la resignación como virtud, que ya empezamos a asumir como normal que nos metan "mano en la cartera". La justificación del bien común o la invocación del bien social han servido de bálsamo para el procedimiento; pero ya se han sobrepasado, y con escarnio, los límites de la paciencia, por mucho menos han comenzado algunas revoluciones.

En plena "feria de los derroches" gubernamentales, se promulga con nocturnidad y alevosía (ley de acompañamiento de los presupuestos generales del Estado), el que hemos venido a llamar "pensionazo", que no es más que una cuestión matemática para unos, política para otros y putada para todos.

Cual si de modas o corrientes se tratase, en un pais disipado que malgasta sus recursos con estúpida prodigalidad descontrolada ,y en medio de una hiriente coyuntura de crisis en la que los Guardias Civiles (como todos), ven la devaluación de su patrimonio, la creciente angustia del fin de mes y un mapa hiperatrofiado de cino administraciones superpuestas (local, provincial, autonómica, estatal y europea), capaces de competir entre sí en la dudosa función de desorganizar, en ese exacto contexto es cuando se dice a, no lo olvidemos, "ciudadanos jubilados", que la quimera de la imposibilidad de recortes legales era para otros, pero no para ellos, los funcionarios sí pueden ver reducidas sus pensiones.

Cientos de coches oficiales (tuneados o sin tunear), organismos inútiles en sedes fastuosas, fárrago de cargos sin cometido, millones evaporados cada año en protocolo y demás parafernalia suntuaria. Todo un magma de derroche que, asimilamos con conformismo acrítico mientras el Estado acude al déficit para apuntalar un pretendido y supuesto, gasto social creciente que exige la recesión económica.
Se siguen manteniendo más de 3 millones de funcionarios públicos, en los que una "casta dirigente" confirma que España debe ser un país muy rico, para que algunos supuestos servidores públicos se den la gran vida, gratis total, ajena por completo a los apuros de quienes les pagamos las facturas sin el más mínimo atisbo de protesta y mientras tanto, "pensionazo al canto", de algún sitio tiene que salir tanto dispendio.

Y es entonces cuando se perpetra la doble afrenta, la económica servida en bandeja por la matemática parlamentaria y la más dolorosa la sentimental, la de ver cómo, quienes se suponía cual asesinato en Sarajevo iniciarían la revuelta, dan la espalda a los que otrora se dejaron la piel en esta empresa y tal sólo encuentran tímidas manifestaciones (en privado por supuesto) de apoyo incondicional.

El movimiento nimby (Not in my back yard), algo así como "no en mi patio trasero", viene a decir que todos queremos que existan centros de desintoxicación de heroinómanos donde les den metadona, pero no en los bajos de nuestro portal.

Por supuesto con todas las salvedades de lo metafórico del ejemplo, resulta muy sencillo simpatizar con causas en "petit comité", pero unos por ignorancia - por ahí pasaremos todos - y otros por mera cobardía y apatía social (lo del compañerismo ya sabéis brilla por su ausencia), dan por buena cualquier actuación a favor de nuestros retirados, pero "que lo haga otro" y a ser posible que no me involucre, que a mí aún me quedan años para jubilarme y quien sabe si quizás entonces se aparezca algún santo y obre el milagro.

Sea como fuere al menos algunos tenemos claro que olvidar el pasado es no saber porqué estamos aquí y cuales son las causas de las situaciones actuales y dificilmente afrontaremos el futuro con garantías de éxito si para bien y para mal no tenemos "decencia".

Lo que está bien o mal, pese a ser subjetivo es una mera cuestión de sentido común.

Richi

Beneméritas masas

Cultura significa cualquier forma de producción de ideas o manifestaciones artísticas susceptibles de influir en el comportamiento del público - ilustrado a medias - que produce la "sociedad de masas".

Las ideas aquí y ahora son pocas y malas, la Guardia Civil como ente (véase el Gobierno), opta por la indiferencia, en ocasiones permisiva, en otras inquisidora, de vaga raiz posmoderna la una, y anacrónica memoria del pasado la otra, mientras tanto sus miembros, la mayoría, eligen el realismo versátil que conduce a esa "escuela del desaliento", como la llama lord Byron, no hay nada que hacer en este campo sembrado de minas y mientras los primeros despliegan sus poderes fácticos, académicos y mediáticos, el adversario se bate en retirada.

Esas activas minorías que dominan el debate cultural, nos imponen que literatura, que arte, que política debemos consumir para ser "libres" a su modo y manera, configuran así una rechazable tiranía, donde la previsible contradicción se torna en paradoja, muy pocos deciden, o al menos eso pretenden, sobre una gran multitud. No cabe recurso alguno contra su dictamen implacable, que conlleva la condena -a través de la hoguera o el silencio más espeso-, para quienes no encajan en esa poderosa corriente y en los círculos que la sustentan.

Nos exigen un lenguaje edulcorado y que ensalcemos a los aburridos genios posmodernos y que adoptemos en tiempo y forma sus expresiones, mientras tanto la gran masa benemérita calla y otorga , el debate casi no existe, los buenos Guardias hacen lo que les mandan, la vida profesional y familiar pierde calidad. Ganan los mediocres. Perdemos todos. A muchos tampoco les importa.

Algunos adoptan como seña de identidad rebelde contra el sistema, el "hacer ruido" permanentemente, sin percatarse de que gritar a la defensiva con tono de apocalipsis, es una fórmula infalible para perder la batalla, la sociedad de masas es así y con ella su forma de gobierno, la democracia mediática, tan sólo disfrazan sus conflictos internos bajo un sedicente barniz ideológico.

Es urgente construir un mensaje atractivo en lucha contra el desconcierto general y apagar un fuego que amenaza incendio, el sectarismo nubla el intelecto y anula la racionalidad, la trampa funciona. Gente decente termina recluida en el infierno dialéctico, defendiendo lo indefendible o elogiando a los teóricos de la democracia participativa y deliberativa, como si eso existiese en el Cuerpo y tal vez ni siquiera en muchas de las colectividades que dicen representar a sus miembros.

Las elecciones se ganan y se pierden en el estrato más profundo de la mentalidad colectiva. Los seres humanos no sólo queremos conseguir la victoria y llevarnos el premio. También queremos tener razón y disfrutar del reconocimiento ajeno, por algo inventamos las ideologías, complemento racional -a veces- de las pasiones irracionales.
La sobredosis de creencias que inunda el mundo actual (el externo y el nuestro), incluso el nihilismo (real o imaginario) funciona como un impulso para la voluntad de poder.

Me temo que tiene razón el personaje de Balzac, "ciertas sensaciones incomprendidas hay que reservarlas para uno mismo".

Richi

martes, 27 de enero de 2009

Escándalo

" No van desencaminados aquellos que sostienen que el redactor, es un personaje incontrolable. Aciertan de chiripa, pero aciertan, como el burro flautista de Tomás de Iriarte: - Sin reglas del arte, borriquitos hay que, una vez aciertan por casualidad -.

Para el sistema, no cabe mayor escándalo, nada resulta tan poco tolerable, como que alguien plante cara sin complejos al lobo y al rebaño. A los que afilan las garras furibundas y a los que enseñan la pezuña lanar y acomplejada.
Metidos a pisar con garbo, he pisado el terreno de los que van pisando huevos y de los que van dando patadas. Estorbo por igual a capuletos y montescos, a tirios y troyanos, de ahí que sea harto difícil discernir de que corral procede la basura en la que ahora intentan sepultarme.

Lo incuestionable es que el asunto hiede, huele a peste y a pasta, a fetidez montuna y a montaraz montaje.

Son tantos los que respirarían a sus anchas si el alevoso barbicidio llegase a consumarse que, entre los neófitos y los habituales, la relación de sospechosos empieza a parecerse a las colas del paro. "Cui prodest ".
¿Quién saca provecho de que algunos seamos lapidados en negro sobre blanco?, ¿quien tiene interés en que en lugar de seguir siendo una molesta piedra en el zapato, acabe trasnformada en una excepcional piedra de escándalo?.

Por si sirve de algo, conste en acta que Séneca, padre del antedicho latinajo, no pretendía formular ninguna incógnita, sino poner en limpio una certeza rigurosa y tajante "Cui prodest scelus, is fecit", asguraba el maestro cordobés sin medias tintas y sin cataplasmas. El que se beneficia del delito, ése es el culpable.

Pero dejando al margen la interminable letanía que compone el rosario de los beneficiarios (porque esto ha de acabar como el rosario de la aurora, entre duelos y ayes), es indudable que si algunos perdemos el sistema habrá ganado.

Tal y como está el patio y con la que está cayendo, lo intolerable es que un advenedizo de "tres al cuarto", altere el status quo y alborote el remanso, que no acepte rendirse a la evidencia (la evidencia es que las cartas ya están dadas) y denuncia al croupier cuando hace trampas.

Desde el primer día que denuncié que no me avenía a resignarme, (si te metes con el poderoso, la maquinaria intentará palastarte) la suerte quedó echada, únicamente era cuestión de tiempo el que que la conjura prosperase, puesto que, luego, junto con la ocasión, se encontraría la mano ejecutora y el responsable de financiar la daga.

Ha sonado la hora, la dinamita está servida, se ha manchado el tapete y se ha roto la baraja, ha llegado el momento de que pretendan que expíemos sus escándalos.

¿ O no es ecandaloso, por ejemplo que haga oídos sordos a las promesas vacias, e inocuas por otro lado del Gobierno?, ¿o que tome la corrección política a chacota y abomine de los apriorismos y los corsés mentales?, ¿o que haya perpetrado la ignominia de que mi asociación, sea además de legal, profesional y representativa, la legendaria aldea de los irreductibles galos?, ¿o que saliese indemne de diversos embites con astados de tallas teóricas muy superiores a la mía, en lo civil y en lo militar?.

Los escándalos propios los pagamos por culpables, los ajenos por delatores, la cuestión es que al final pagamos siempre los mismos.

Richi

lunes, 26 de enero de 2009

Tenemos lo que nos merecemos

Inicio con éste una serie de artículos donde diferenciar el plagio adaptativo, de la cosecha propia, sinceramente será difícil, haré mías cuantas lecturas de los ratos de ocio me despierten interés y trataré de que muevan en vuestro interior aunque sea un ápice de reflexión.

Recientemente hemos vivido un "momento histórico", por fín miles de Guardias Civiles han podido acudir a votar a sus representantes, en lo más parecido a una democracia que hemos vivido en años.

Defenestrado que lo estaba en sus propios orígenes, un nefasto CAP, da paso a un Consejo que todos miran con los recelos propios de quienes hace ya mucho abandonaron la esperanza de mejoras ostensibles, las algaradas electorales y los triunfalismos obligan a un serio análisis de lo acaecido y a mi entender hay tres cuestiones a barajar de las cuales en sólo una de ellas me detendré.

Con carácter global, de los más de 74.000 Guardias Civiles llamados a "urnas", menos de 25.000 han apostado por el futuro.

Por escalas los más poderosos, demuestran su corporativismo y que el "sindicato del mando" funciona y cuando tocan a rebato acuden cual huestes hostigadas en defensa de sus privilegios amenazados.

Se logra una relativa normalización del alocado panorama asociativo donde, cualquier sigla era buena si permitía dar cobijo a revistas, telefonías, cargos y "chiringitos" particulares de dudosa justificación moral.

Pero sin entrar a valorar las causas de todo ello (que doctores tendrá la Iglesia que a buen seguro ya están en ello), lo que es un hecho incuestionable es que la alta abstención entre la Escala de Cabos y Guardias, tiene su origen precisamente en uno de los defectos más comunes entre los Guardias Civiles.

Se habla mucho de nuestra envidia, del cainismo, de la soberbia y la intolerancia que han frenado nuestro progreso, al dedicar la mayor parte de nuestras energías a pelear entre nosotros, en vez de aunar esfuerzos, única forma de el proceso siga adelante. Pero tan fuerte o más que todo eso - y puede que más destructivo - es nuestra incapacidad de establecer prioridades, algo fundamental en este mundo.

Nos deslumbran las apariencias, lo circunstancial, lo supérfluo. Los Guardias Civiles suelen tomar lo secundario por lo primario, y viceversa, pasando por alto lo esencial, lo auténtico, lo verdaderamente importante.

La mayoría de nuestras desgracias, personales y colectivas, han venido de no saber valorar individuos ni situaciones. ¿ A qué se debe esa carencia?, no lo sé y sería del máximo interés que historiadores, sociólogos e incluso psiquiatras lo estudiasen, para encontrarle remedio.

Sólo desde una acertada visión de conjunto y una perspectiva plausible, llegaremos a consolidar proyectos contundentes, pero coherentes, recuperar la confianza y lograr que la mayoría de los Guardias Civiles nos siga con la ilusión de quien vuelve a confiar en el futuro.

Desde la responsabilidad del trabajo bien hecho, urge rescatar del abandono todos esos valores que algunos menosprecian y maltratan como si fueran incordios prescindibles, apelar al empuje del esfuerzo colectivo y esgrimir la bandera del acierto, sin aceptar "azucarillos" gubernamentales.

Recordad hemos votado ayer, pero el futuro empezamos ha labrárnoslo desde mañana.

Richi

Guardia Civil

Para los desconocedores del mundo real benemérito que, mucho me temo son legiones en lo propio y en lo ajeno, intentaré desde este espacio acercarlos desde mi particular punto de vista a cuestiones de lo humano y lo divino que a buen seguro no dejará impasible al lector.

No hay peor desprecio que la indiferencia y no pretendo ser despreciado más que en aquello que por mis palabras sea merecedor, lo opinable, reprochable desde opiniones divergentes o meramente cuestión de gustos, siempre será bien recibido pués el pensamiento nace del mismo debate ideológico.

Lo paradójico de todo esto es que son los propios Guardias Civiles quienes aún a costa de su propio padecimiento, no son capaces de rebelarse contra lo evidente, somos el patito feo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

Unos porque verdaderamente no tienen necesidad de ello (viven bien o muy bien); otros porque hacen lo propio al cobijo, sombra o amparo de quienes tutelan su felicidad pagando en ocasiones caro su servilismo y en otras sencillamente porque les es innato; muchos (la gran mayoría), porque jamás les ha sido concedido nada y tan solo aquellas cuestiones políticamente graciables, les han sido arrojadas cual si de huesos a can se tratasen.

Afortunadamente un número que va en aumento de compañeros y compañeras, pretendemos modernizar y ubicar definitivamente en el siglo XXI, a un Cuerpo que se empecina en mantener estructuras inmovilistas impropias de tan amplio colectivo policial, funcionarios a la sazón de la seguridad de todos que aún con desprecio de sus propias vidas, entienden esta profesión como algo que va más allá de un mero trabajo.

Es misión nuestra, entre todos, saber trasladar nuestras inquietudes al ciudadano, con un adecuado ejercicio de autocrítica, pero sin que nos tiemble ni un ápice el pulso a la hora de reivindicar nuestro derecho a ser tratados como ciudadanos, en idénticas condiciones que el resto.

No seáis tímidos, resignados, derrotistas, augureros de malos presagios, convencidos del "esto no hay quien lo cambie", rendidos a evidencias que sólo hablan de hechos pasados y no de futuro, hiératicas estatuas que vean pasar el mundo a su alrededor, criticándolo, pero sin plantearos si lo podéis mejorar, contumaces mantenidores de un sistema que no se creó para vosotros.

Todo lo expuesto se resume en una palabra, "cobardía".

Lo demás son sólo excusas en las que escudarnos, para autojustificar nuestra derrota, pero no la de guerras en las que no hemos sido invitados (las creamos), sino nuestra derrota interior.

Es imposible luchar por algo en lo que no se cree y os aseguro que cada logro que obtengamos nos lo tendremos que ganar.

Ya lo sabéis sangre, sudor y lágrimas han costado ya pequeños avances (y lo que queda), pero juntos podemos.

Richi


Pdta.: No tengo tiempo para "moderar" el foro, agradeceré de la buena voluntad de los posibles participantes en el "blog", sean respetuosos en sus comentarios y no convertir un espacio de expresión, en un "campo de batalla" más, de intereses particulares, políticos o asociativos.